20.7.15

El libro de los sueños rotos

Con el título indicado arriba, el diario 'El Mundo' (Edición Cantabria) publica hoy un comentario sobre mi poemario 'Quebrantología', presentado el pasado miércoles en la librería 'La Vorágine' de Santander.. Su autor, Fernando Llorente, profesor de Filosofía, es autor de diversas obras de narrativa, poesía y máximas, así como un apasionado y muy activo defensor de los derechos del pueblo saharaui. Su última obra, publicada en febrero de este año, se centra precisamente en este tema. Su título: 'Tiris, espiritualidad saharaui. Conversación en Miyk'. He aquí el texto del comentario:

"El incumplimiento de unos sueños que ya se soñaron rotos, esta podría ser la tesis del poemario “Quebrantología”, de José Ramón San Juan, si no fuera porque la poesía es argumento sin argumentación. Editado por El Desvelo Ediciones con elegante sobriedad, la obra se abre con un prólogo de Luis Alberto Salcines, que prodiga versos sueltos, acompañados de una glosa, que en mi opinión le corresponde al lector, pero que bien puede servir para ponerle en situación.

    Se canta lo que se pierde, escribió Machado, al que el autor rememora en dos sentidos poemas-homenaje. “Quebrantología”, más que cantar, cuenta pérdidas como heridas, por si los versos sirvieran como puntos de sutura. Pero, no. El poeta no escribe para conocerse, función que dicen cumple la poesía, sino para decir poéticamente lo que de él sabe. Es la del amor la pérdida más dolorosa, que en su huida deja sentir su cara oculta, la soledad, como en la libertad hoza la sumisión, y en la verdad pulula la mentira, como revela en un poema. Verdad, libertad, amor: espejismos, los considera. El sujeto poético se desliza por la desesperanza, pero sin sumirse en la desesperación, no tanto porque sienta como éxito el fracaso, como porque su escepticismo existencial le llevó desde pronto a sospechar del éxito, como deja patente en sus poemas primeros, últimos de “Quebrantología”.

    Los apartados que componen el poemario se estructuran por tiempos, algunos muy alejados entre sí. Sus cinco partes corresponden a diferentes momentos vitales del autor, todos ellos transidos de un desesperanzado escepticismo. Las dos primeras, “Vértigo y llama” y “La ardiente paciencia”, transitan de la intimidad dolida en soledad, a la solidaridad con los semejantes, víctimas de poderes oscuros, destructores de sueños y de realidades. Solidaridad no exenta de denuncia y rebeldía, de resistencia contra amos y mordazas, no tanto convencido de la utilidad de cuanto diga o haga, como de que hay que decir y actuar, aun sin esperanza (Sartre). Las tres últimas partes se remontan en el tiempo, incluso hasta recuerdos escolares, y dejan constancia de que el sujeto poético ya presentía que a las expectativas la vida no respondería adecuadamente, y que de la felicidad, mejor no hablar, porque lo que se cantan son las pérdidas. O se cuentan, como las cuenta José Ramón San Juan, sin florituras, pero con el rigor de las palabras precisas, no por ello carentes de sencillas comparaciones metafóricas y al ritmo de rimas estudiadas. Y con el apasionamiento de quien sabe que sin él no se puede hacer nada grande. Y “Quebrantología” no es obra pequeña". 

 Pie de foto: Fernando Llorente.

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